A medida que salimos del verano y las temperaturas empiezan a cambiar, debemos ser conscientes de cómo estos cambios afectan a nuestro órgano más grande: la piel.
Nuestra piel es bastante resistente y cuando está adecuadamente nutrida e hidratada hace muy bien su trabajo de protegernos. Con temperaturas más frías y menos humedad en el aire, la piel es propensa a la sequedad y la irritación, incluso en aquellas personas que tienen la piel grasa. Veamos algunas cosas a tener en cuenta a medida que nos acercamos a los cambios de estaciones.
¡Los miembros experimentados de Tribe saben que una piel sana comienza dentro!
Una hidratación adecuada es clave para ayudar a la piel a mantener su elasticidad y estructura. Una dieta rica en frutas hidratantes como la sandía hace maravillas a la hora de hidratar nuestro cuerpo, así como de una ingesta adecuada de agua. Al igual que con el protector solar, es importante tener cuidado al volver a aplicar crema hidratante en la piel. Algunas regiones se vuelven más frías que otras y estas duras condiciones pueden causar estragos en la piel.
Otro factor muy importante es la temperatura del agua al ducharnos.
Sí, las duchas calientes pueden sentar muy bien, pero no es lo mejor para nuestra piel. El agua caliente puede eliminar los aceites naturales de nuestra piel, lo que hace aún más difícil mantener un equilibrio saludable. Use agua tibia cuando se duche, seque la piel suavemente y aplique su crema hidratante inmediatamente después para retener la humedad.
Limite su exposición al aire libre si tiene eczema.
Para las personas que padecen problemas de la piel como acné, eccema o psoriasis, tengan en cuenta, ya que estoy seguro de que saben que el clima frío puede empeorar estas afecciones. Limite su tiempo al aire libre cuando sea posible y establezca una rutina para que su rutina de cuidado de la piel sea perfecta.
El cuestionario Skinfood es una gran herramienta para ayudarle a ajustar su régimen de cuidado de la piel a medida que cambia el clima. Es posible que tengas que cambiar un poco las cosas o hacer algunos ajustes menores en tu rutina actual. Esto no es algo que dejaría en manos de conjeturas; el cuestionario puede guiarlo en la dirección correcta, haciendo el uso más eficiente de su tiempo y dinero en la preparación para los meses más fríos que se avecinan.